Este Reglamento es promulgado debido a que la disponibilidad de un desfibrilador externo automático tanto en lugares públicos como privados podría ser la diferencia entre la vida o la muerte de una persona. Dada la importancia de recibir pronta ayuda cuando se sufre una arritmia peligrosa o paro cardiaco y tomando en consideración la incidencia de estos eventos, se establecen unas guías para exigir la instalación de desfibriladores en lugares públicos y privados.